Presento antes que todo, algunos límites acerca de los Milagros
Eucarísticos, y después indico el valor de los aspectos positivos.
1) Límites
2) Aspectos positivos
Los Milagros Eucarísticos pueden
constituir una útil y fructuosa ayuda en nuestra vida de Fe. Por ejemplo, ellos
pueden:
- Ayudar a trascender lo visible, lo sensible, y admitir la existencia
de otro mundo, de un más allá.
Justo porque es reconocido como un hecho extraordinario, el Milagro Eucarístico
no encuentra explicación en los hechos y razonamientos científicos, va a la
razón humana e interpela al hombre haciéndolo ir más allá de lo sensible,
de lo visible, de lo humano, es decir, lo hace aceptar que hay alguna cosa que
es incomprensible, inexplicable humanamente con la sola razón, científicamente
no demostrable.
- Ofrecer la ocasión de hablar, en particular en
la catequesis, de la Revelación Pública y de su importancia para la Iglesia
y el cristiano.
Los Milagros Eucarísticos se refieren
a eventos extraordinarios ocurridos después de la institución de la Eucaristía
por parte de Cristo, después del final del Nuevo Testamento, es decir, después
del final de la Revelación pública.
¿Qué cosa es la Revelación pública?
La Revelación pública es aquella:
- Operada progresivamente por Dios a partir de Abraham y a través de los profetas, hasta Jesucristo.
- Testimoniada en las dos partes de la Biblia: El Antiguo y el Nuevo Testamento.
- Destinada a todos los hombres y a todo hombre, de todo tiempo y lugar.
- Radicalmente diferente por esencia, y no sólo por grado, de las llamadas revelaciones privadas.
- Concluida con Cristo en el Nuevo Testamento, al cual la Iglesia se siente vinculada.
¿Por qué la Revelación pública es concluida con Cristo?
Porque Jesucristo es el mediador y plenitud de la Revelación.
"Él siendo Hijo Unigénito de
Dios hecho hombre, Él es la Palabra perfecta y definitiva del Padre. Con la
venida del Hijo y el don del Espíritu, la Revelación ya se ha cumplido plenamente,
aunque la fe de la Iglesia deberá comprender gradualmente todo su alcance a
lo largo de los siglos. (COMPENDIO, n 9)
"Muchas veces y de muchos modos
habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos
últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo". (Hb 1, 1-2).
Cristo el Hijo de Dios hecho hombre,
es por lo tanto, la Palabra única, perfecta y definitiva del Padre, el cual
en Él dice y dona todo y no habrá otra Palabra que ésta.
Porque en darnos, como nos dio
a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto
y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar(San
Juan de la Cruz).
La economía cristiana, por tanto, como alianza
nueva y definitiva, nunca cesará, y no hay que esperar ya ninguna revelación
publica antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo (CONCILIO
VATICANO II, Cost,. Dogm. Dei Verbum, 4).
¿Cuáles son las consecuencias que produce la Revelación Pública?
He aquí algunas:
- El Dios de los cristianos es creíble,
confiable, sobre el fundamento de la Escritura, y no en virtud de los mensajes
dados sucesivamente a algunos creyentes.
- No se debe esperar de parte de Dios
otra manifestación o revelación nueva, si no el retorno glorioso de Cristo,
que inaugurará "nuevos cielos y una tierra nueva" (2 Pe 3,13), consintiendo
a Dios Padre ser "todo en todos" (1 Cor 15,28).
- La Iglesia está vinculada al evento
único de la Historia Sagrada y a la palabra de la Biblia, y su misión es la
de garantizar, interpretar, profundizar, testimoniar la Revelación Pública.
Y esto sucede gracias a la particular asistencia del Espíritu Santo, que la
guía y la conduce a conocer siempre mejor aquel tesoro que es Cristo Jesús.
- La Revelación pública exige nuestra
Fe: "En ella, por medio de la palabra humana y de la comunidad viva de
la Iglesia, Dios mismo nos habla; habla a todos los hombres de cualquier raza,
lengua, nación, tiempo y lugar. La Fe en Dios y en su Palabra es distinta de
cualquier otra fe, creencia, opinión humana. La certeza que Dios habla, me da
la seguridad de encontrar la verdad misma; una certeza que no puede verificarse
en ninguna forma de conocimiento humano. Es la certeza sobre la cual edifico
mi vida y a la cual me confío al morir" (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA
DE LA FE, Mensaje de Fátima, Pág. 34).
- Sin embargo, aunque si la Revelación está acabada, no está completamente
explicitada; tocará a la Fe cristiana conocerla mejor, profundizar más en ella,
encarnarla continuamente, testimoniarla a todos con fidelidad y coraje. Así
podrá comprender gradualmente todo su alcance a lo largo de los siglos.
- Los Milagros Eucarísticos pueden ayudar a conocer y a vivir la Fe, que tiene su centro en Cristo, y en Cristo-Eucaristía: son realmente útiles porque están íntimamente orientados a Cristo y no
son autónomos; pueden fortalecer la fe personal de los creyentes y también de
los no creyentes. Son entonces, una ayuda para la fe porque nos conducen a la
Eucaristía instituida por Cristo y celebrada en la Iglesia dominicalmente. Ellos
deben servir a la Fe. No deben, ni pueden añadir nada al único y definitivo
don de Cristo-Eucaristía, pero pueden convertirse en un humilde llamado de atención,
a la vez que una rica profundización en la fe; una ayuda que es ofrecida, pero
no es obligatorio aceptarla.
- Los Milagros Eucarísticos pueden invitar a conocer,
a apreciar y a amar la Eucaristía.
Pueden ayudar a la persona a redescubrir
el misterio, la belleza y la riqueza de la Eucaristía, que como dice el Compendio
del Catecismo de la Iglesia Católica, aprobado y publicado en junio de 2005
por el Papa Benedicto XVI:
"Es fuente y culmen de toda la vida cristiana.
En ella alcanzan su cumbre la acción santificante de Dios sobre nosotros y nuestro
culto a Él. La Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia: el
mismo Cristo, nuestra Pascua. Expresa y produce la comunión en la vida divina
y la unidad del Pueblo de Dios. Mediante la celebración eucarística nos unimos
a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna". (n.274).
- No podemos jamás olvidar, ni omitir que la Eucaristía es
el verdadero y grande Milagro cotidiano inagotable. Ella:
- Es un
Sacramento: Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia,
instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, a través de los cuales se nos
otorga la vida divina(
) son eficaces ex opere operato ("porel hecho
mismo de que la acción sacramental se realiza"), porque es Cristo quien
actúa en ellos y quien da la gracia que significan, independientemente de la
santidad personal del ministro (COMPENDIO del CEC, nn. 224.229).
- Es el Sacramento dominical por excelencia:
Es evidente que el Milagro más difundido y al alcance de todos es aquel que
se realiza en nuestra iglesias todas las veces que se celebra la S. Misa.
"Es el sacrificio mismo del Cuerpo
y de la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos,
hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz, confiando así a la Iglesia
el memorial de su Muerte y Resurrección. Es signo de unidad, vínculo de caridad
y banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia
y se nos da una prenda de la vida eterna". (COMPENDIO, 271).
Sin duda, el Milagro más importante
y estrepitoso es el realizado cada vez que se celebra la Eucaristía, en
el cual Jesucristo se hace presente "de modo único e incomparable".
Está presente, en efecto, de modo verdadero, real y sustancial: con su Cuerpo
y con su Sangre, con su Alma y su Divinidad. Cristo, todo entero, Dios y hombre,
está presente en ella de manera sacramental, es decir, bajo las especies eucarísticas
del pan y del vino". (COMPENDIO, n. 282).
Haciendo presente y actual Su Sacrificio
en la Cruz, Él se hace nuestro alimento y nuestra bebida, con Su Cuerpo y Su
Sangre, uniéndose a nosotros y viviendo entre nosotros, se transforma en el
viático de nuestro peregrinar terreno hacia la patria eterna. Es este el misterioso
milagro por excelencia, que estamos invitados a celebrar sobretodo cada domingo,
en la comunidad eclesial, partiendo el único pan, que -como afirma San Ignacio
de Antioquía- "es fármaco de inmortalidad, antídoto para no morir, más
para vivir en Jesucristo por siempre".
- Es oportuno también valorar los
Santuarios de los Milagros Eucarísticos reconocidos por la Iglesia, como lugares
de celebraciones litúrgicas (en particular del Sacramento de la Reconciliación), lugares de oración
y de espiritualidad eucarística, de catequesis y de práctica de la caridad.
- Los Milagros Eucarísticos se manifiestan y actúan
relacionados con la piedad popular.
Ellos con frecuencia, provienen de
la piedad popular e inciden sobre ella dándole nuevos impulsos y brindándole
nuevas formas de manifestación. Esto no excluye que tengan efectos en la misma
liturgia, como por ejemplo, la institución de las fiestas del Corpus Domini.
La liturgia es el criterio, ella es la forma vital de la Iglesia que es nutrida
directamente por el Evangelio.
S.E. Rev. ma Mons Raffaello Martinelli
Rector del Colegio Eclesiástico Internacional San Carlos
Oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
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